Mi doble experiencia me dice que
la primera semana de amamantamiento del bebé es con diferencia la más
complicada. Tras el parto, al minuto siguiente de dar a luz y comprobar que
todo está bien, nos enfrentamos al primer reto a superar de la lactancia materna:
1. Que
el bebé agarre bien el pezón y comience a succionar. Esto requiere un
tiempo porque, aunque el bebé nazca con el reflejo de succión, empieza poco a
poco a “chupar” y más adelante succionará correctamente. A algunas madres le
pueden surgir problemas en este aspecto, para ellos existen ciertas ayudas muy
útiles como por ejemplo pezoneras.
Una vez superado este paso,
debemos amamantar el mayor tiempo posible sin tener en cuenta el tiempo que el
bebé está lactando, el tiempo necesario lo demandará el propio bebé.
Pero de repente aparecen las
dudas e incertidumbres: ¿y si no tengo leche? ¿y si mi bebé está pasando
hambre? Las cuales nos pueden generar cierto nivel de estrés si a ello sumamos
que el bebé llora a menudo. Aquí aparece nuestro segundo reto:
2. Necesitamos
paciencia durante el tiempo que sólo tenemos calostro para ofrecer. Durante
este tiempo que son aproximadamente 2 o 3 días, el bebé se alimenta sólo de
este líquido amarillento y no necesita nada más; así que, intenta no agobiarte
pensando en que no te va a subir la leche, ya que, este agobio a lo único que
puede contribuir es a bajar su producción.
Ahora que nos encontramos en un
ambiente tranquilo con nuestro bebé succionando, ¡lo hemos conseguido! Acaban
de aparecer las primeras gotas blancas de leche. Continuamos superando retos.
El siguiente, me gustaría aclarar
que no todas las madres lo notan, de hecho, yo solamente lo noté tras mi
segundo parto y son:
3. Las
contracciones uterinas durante la lactancia. La succión del bebé causa
en nuestro cuerpo la liberación oxitocina; esta hormona contribuye a que el
útero se contraiga y vaya disminuyendo su volumen. Esto puede resultar muy
doloroso, pero por suerte desaparece al terminar la toma.
Por último, y no por eso menos
importante, pueden aparecer varias molestias bastante dolorosas en el pecho de
la madre:
4. Conductos
obstruidos y grietas en el pezón. Cuando nos hemos iniciado
estupendamente con la lactancia materna puedes encontrarte con estas
dificultades. La primera es provocada por una alta producción de leche. Podemos
aliviarlo dando algunos masajes y usando sujetadores cómodos. Para la segunda,
os recomiendo que junto con la canastilla preparéis una pomada reparadora del
pezón. Está os ayudará a prevenir estas grietas provocadas por malas posturas
durante la lactancia.
No te alarmes, sólo son algunos
obstáculos a los que nos podemos enfrentar que si lo sabemos con antelación ya
no aparecen por sorpresa y, por tanto, lo sobrellevaremos mejor. Además,
aproximadamente a partir de la semana comienzan a desaparecer y podrás
disfrutar plenamente de la lactancia materna como siempre habías imaginado:
sencilla y placentera.
Psicóloga y Blogger
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