viernes, 5 de mayo de 2017

SÍNTOMAS DEPRESIÓN POSPARTO

Cualquier mujer, que acabe de dar a luz, puede padecer una depresión posparto sin causa aparente. El brusco descenso de las hormonas que experimenta el cuerpo de la mujer tras el parto es el responsable de la depresión posparto.
Algunas sensaciones contradictorias con el momento que vive la mujer como nueva mamá, entre ellas la ansiedad, la tristeza, el cansancio y el nerviosismo pueden romper el desarrollo del vínculo materno-filial, y afectar negativamente en el crecimiento del bebé. Los síntomas más comunes asociados con la depresión posparto son la tristeza, la irritabilidad, la fatiga, el insomnio, la pérdida de apetito y la ansiedad.

Tristeza. Es el síntoma más frecuente. La paciente te siente baja de ánimo, desgraciada e infeliz, llorosa o con ganas de llorar en cualquier momento y sin razón aparente, especialmente en determinados momentos.
Irritabilidad. La nueva mamá se muestra irritable y agitada con su pareja, con la familia, e incluso con sus hijos y el recién nacido. Siente una cierta desorganización en sus pensamientos y algo de incapacidad para la realización de sus tareas cotidianas.

Fatiga. La depresión posparto hace la que la mujer se sienta agotada, abrumada y fatigada para realizar sus primeras tareas de la madre. Se siente incapaz e inútil.

Insomnio. La mujer siente dificultad para conciliar el sueño.

Pérdida de apetito. Debido a la depresión posparto, normalmente, la nueva madre no tiene tiempo ni ganas de comer, lo que puede llevarla a sentirse malhumorada y cansada. Otras madres lo hacen al revés. Comen en exceso para aliviar el malestar psicológico.

Ansiedad. Se manifiesta con una sensación de miedo La mujer teme quedarse sola con su bebé, no poder cuidarle, atenderle si está enfermo, y se siente culpable por no estar lo suficientemente "enamorada" de su bebé como debería estarlo. Le quiere, pero no puede con él porque no se siente lo suficientemente animada y fuerte.

Desinterés por el sexo. Lo que antes era un placer, ahora se convierte en algo aburrido para la madre. La paciente suele rechazar cualquier contacto sexual, lo cual puede generar tensión en la pareja.

Agobios. La paciente tiene la sensación de no tener tiempo para nada. Le costará establecer nuevas rutinas frente al bebé y a la nueva situación que vive.

FUENTE: WWW.GUIAINFANTIL.COM

jueves, 4 de mayo de 2017

CONSECUENCIAS DE FUMAR EN EL EMBARAZO

Las fumadoras embarazadas encienden una media de 13 cigarrillos al día. Si se suman, a lo largo del embarazo se expone al bebé a las sustancias nocivas de 3.640 cigarrillos. Al fumar un cigarrillo estás inhalando más de 4.700 sustancias nocivas.
Cuando la embarazada deja de fumar, la recompensa se siente al poco tiempo.
Transcurridos unos 20 minutos, baja el pulso y la presión sanguínea. El contenido de monóxido de carbono en el organismo se reduce a las ocho horas y 24 horas después ya remite el riesgo de infarto.
El bebé también siente los efectos positivos de inmediato, ya que recibe la cantidad apropiada de oxígeno y alimento y su desarrollo no se ve obstaculizado por la nicotina u otros agentes químicos.
El consumo de tabaco afecta al crecimiento del bebé. Con cada cigarrillo el riego sanguíneo a través de la placenta disminuye durante unos 15 minutos, lo que aumenta el número de latidos fetales. El monóxido de carbono que se inhala con el humo reduce un 40 por ciento el oxígeno que recibe el feto. Esto afecta a su crecimiento: cuanto más fume la madre, menos crecerá el pequeño; por ello, los hijos de mujeres fumadoras pesan una media de 200 gramos menos al nacer.
Sin embargo, esto no augura un parto más fácil. Cuando una mujer es fumadora son frecuentes las complicaciones en el parto.
Dejar de fumar también protege a tu hijo de un parto prematuro. Uno de cada siete hijos de madre fumadora llega al mundo antes de tiempo. De hecho, el 15 por ciento de los partos prematuros se deben al consumo de tabaco durante el embarazo.
Fumar también incrementa el riesgo de hemorragia y aborto. Además, hace que la embarazada se note más cansada y practique menos deporte.
Además, dejar de fumar disminuye el riesgo de la muerte súbita del lactante, de abortos espontáneos y el riesgo de hemorragia. Una embarazada que fuma más de 20 cigarrillos al día corre el doble de riesgo de que el bebé fallezca por un desprendimiento de la placenta que una no fumadora.
Dejar de fumar evita problemas de pulmón. El humo del tabaco dificulta el desarrollo de los pulmones del feto. Sus funciones disminuyen cuando la mamá fuma, un problema que persiste después del nacimiento.
Los niños expuestos al tabaco sufren más enfermedades agudas y crónicas de las vías respiratorias, asma, alergias y otitis que los niños de padres no fumadores.
En cuanto a las malformaciones congénitas, estudios recientes han demostrado que fumar durante el embarazo incrementa el riesgo de labio leporino y paladar hendido en el bebé cuando la madre tiene una predisposición genética a trasmitirlo. Además, los hijos de madres que fumaron durante el embarazo tienen un riesgo mayor de padecer en el futuro ciertos tipos de cáncer, como los de riñones y vejiga.
Dejar de fumar reduce las posibilidades de que el niño desarrolle adicciones en el futuro. Los niños de madres fumadoras tienen más receptores de nicotina en el cerebro, lo que les convierte en más susceptibles de ser fumadores cuando llegan a la adolescencia y prueban el tabaco por curiosidad.
Dejar de fumar previene daños celulares. Muchas sustancias nocivas del humo del tabaco atraviesan la placenta y llegan al riego sanguíneo del bebé, como el monóxido de carbono, que bloquea el oxígeno que transporta la sangre y daña su suministro. También previene contra las alergias, ya que el tabaco las fomenta, y afecta a varias generaciones. Los nietos de abuelas fumadoras tienen más riesgo de sufrir una alergia que los niños que no estuvieron sometidos a esos malos humos.
Dentro del útero materno el bebé puede acostumbrarse al tabaco y, al nacer, presentar un síndrome de abstinencia a la nicotina: llora más de lo normal y se muestra mucho más irritable e inquieto las primeras semanas de vida. Según un estudio realizado en la Brown Medical School de Nueva York, los bebés de madres que durante el embarazo fumaron al día seis cigarrillos muestran en las 48 horas siguientes al parto síntomas adictivos: están nerviosos, susceptibles, tiemblan y a menudo padecen problemas intestinales y tienen la presión alta.
Otro beneficio que tiene dejar de fumar es la prevención de trastornos de aprendizaje. Diversos estudios han detectado en los hijos de mujeres que fumaron durante el embarazo más hiperactividad y problemas de concentración.


 FUENTE: WWW.SERPADRES.ES

SÍNTOMAS DEPRESIÓN POSPARTO

Cualquier mujer, que acabe de dar a luz, puede padecer una  d epresión posparto   sin causa aparente. El brusco descenso de las hormonas qu...